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Descripción:
Dar La Vida / Viacrucis Con Los JÓvenes No Es Solo Un Libro, Es Una Invitación Profunda Y Conmovedora A Recorrer El Camino Del Dolor, La Esperanza Y El Compromiso A Través De La Mirada De Los Jóvenes. Con Una Sensibilidad Aguda Ante Los Desafíos Actuales, Esta Obra Propone Una Reinterpretación Contemporánea Del Vía Crucis, Ese Antiguo Recorrido Espiritual Que Representa Los Pasos De Jesús Hacia Su Crucifixión, Pero Ahora Habitado Por Las Voces, Luchas Y Sueños De Una Nueva Generación.

En Un Mundo Sacudido Por La Incertidumbre, Las Crisis Existenciales Y El Ruido Incesante De Las Redes Sociales, Los Jóvenes A Menudo Se Sienten Perdidos, Aislados O Incomprendidos. Este Libro Abre Un Espacio De Acompañamiento, Escucha Y Reflexión, Donde Cada Estación Del Vía Crucis Se Transforma En Un Espejo De Las Realidades Que Viven Muchos Chicos Y Chicas Hoy: El Bullying, La Presión Social, Las Dudas Sobre La Fe, Las Adicciones, La Falta De Sentido, La Pérdida, El Duelo, La Injusticia, La Migración, La Violencia, La Ansiedad Por El Futuro. Pero También, Y Con Fuerza Luminosa, Aparecen La Solidaridad, La Resiliencia, La Compasión, La Capacidad De Reinventarse Y La Entrega Generosa De Quienes No Se Rinden Ante Las Sombras Del Mundo.

A Través De Meditaciones, Oraciones, Testimonios Y Textos Profundamente Humanos, Esta Obra Crea Un Puente Entre La Experiencia De Cristo En Su Pasión Y La Vida Cotidiana De Los Jóvenes De Hoy. Cada Estación Es Una Puerta Abierta Al Diálogo Interior Y A La Transformación. No Se Trata De Revivir Un Rito Por Costumbre, Sino De Hacerlo Carne, De Caminarlo Con Los Pies En La Tierra Y El Corazón Encendido. Porque Cada Caída De Jesús Puede Ser La Caída De Un Joven Que Lucha Contra La Depresión; Cada Encuentro, Como El De Jesús Con Su Madre, Puede Ser El Reflejo Del Amor Incondicional De Una Familia Que No Se Rinde; Cada Gesto De Ayuda, Como El Del Cirineo, Puede Ser Un Llamado A Hacernos Cargo Del Otro, A Cargar Juntos Nuestras Cruces, A No Mirar Hacia Otro Lado.

Lejos De Idealizar La Juventud O De Moralizar Su Dolor, El Libro Se Sumerge Con Honestidad Y Esperanza En Sus Heridas Y Fortalezas. Apuesta Por Un Cristianismo Encarnado, Activo, Empático, Que No Se Limita A Repetir Fórmulas Sino Que Se Compromete Con La Vida Concreta De Las Personas. No Ofrece Recetas Mágicas, Sino Caminos De Sentido. No Impone Verdades, Sino Que Propone Encuentros.

Este Vía Crucis Contemporáneo Es Ideal Para Ser Vivido En Grupos Juveniles, Comunidades Parroquiales, Movimientos Pastorales, Encuentros Escolares O Incluso En La Intimidad Del Corazón De Quien Desea Acompañar A Los Jóvenes Con Autenticidad. Cada Estación Está Pensada Para Abrir El Diálogo, Provocar Preguntas, Generar Empatía Y Despertar La Conciencia Del Valor De La Vida, De La Entrega Silenciosa, Del Amor Que No Necesita Micrófonos Para Cambiar El Mundo.

El Título Dar La Vida No Es Una Metáfora Vacía: Es Una Declaración De Intenciones. Dar La Vida No Solo Es Morir Por Una Causa, Sino Vivirla Con Profundidad, Con Entrega, Con Fe. Jesús Dio La Vida Por Amor, Y Este Libro Nos Recuerda Que Hay Muchos Jóvenes Que También La Dan: Cuando Defienden Sus Ideales, Cuando Luchan Por Sus Hermanos, Cuando Denuncian La Injusticia, Cuando Cuidan A Un Amigo Que Sufre, Cuando Se Atreven A Amar Aunque El Mundo Les Diga Que No Vale La Pena.

En Su Dimensión Más Profunda, Esta Obra Es Un Canto A La Esperanza. Porque Aunque El Camino Del Vía Crucis Esté Marcado Por El Dolor, También Lo Está Por La Certeza De La Resurrección. Y Eso Lo Cambia Todo. Invita A Reconocer Que No Estamos Solos, Que Dios Camina Con Nosotros, Que Cada Herida Puede Ser Redimida Y Cada Noche Puede Encontrar Su Aurora.

Dar La Vida / Viacrucis Con Los JÓvenes No Se Lee Solamente Con Los Ojos, Sino Con El Alma. Es Un Itinerario Espiritual Que Toca La Piel Del Tiempo Presente, Que Mira A Los Jóvenes No Como Promesas Futuras Sino Como Protagonistas Del Ahora. Es Una Herramienta, Sí, Pero Sobre Todo Es Un Abrazo. Un Abrazo De Fe, De Humanidad, De Sentido.

Quien Lo Lea, Difícilmente Saldrá Igual. Porque Al Caminar Con Jesús, Con Los Jóvenes, Con Uno Mismo… Algo Se Transforma. Y Esa Transformación Es, Precisamente, La Semilla De Un Mundo Más Humano, Más Justo, Más Lleno De Vida. De Vida Verdadera. De Vida Dada Con Amor.