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Su Olor Después De La Lluvia Es Una Obra Que Acaricia El Alma Y La Remueve Con La Misma Ternura Con La Que Se Acaricia A Un Perro Que Ha Sido Parte Esencial De La Vida. Es Un Libro Íntimo, Poético Y Profundamente Humano Que Nos Invita A Reflexionar Sobre El Amor Incondicional, La Compañía Silenciosa Y La Pérdida Inevitable, Todo A Través De La Relación Entre Un Hombre Y Su Perro.

Desde El Instante En Que Cédric, El Autor Y Protagonista, Decide Adoptar A Ubac, Un Perro Tan Único Como Entrañable, Su Existencia Da Un Vuelco Sutil Pero Irreversible. A Partir De Ese Momento, Cada Día Se Transforma En Una Oportunidad Para Mirar El Mundo Con Ojos Nuevos, Para Detenerse Ante Lo Aparentemente Trivial Y Encontrar Ahí Lo Esencial. Con Ubac, Los Paseos Ya No Son Una Obligación Ni Un Simple Hábito: Son Rituales Compartidos, Oportunidades Para Estar En El Presente, En El Ahora, Sin Prisas Ni Relojes. Porque Quien Ha Amado A Un Perro Sabe Que No Existe Criatura Más Entregada Al Presente Que Un Animal Con El Corazón Abierto Y La Cola En Alto.

La Vida Junto A Ubac No Es Narrada Como Una Simple Crónica De Días Compartidos, Sino Como Un Viaje Emocional Profundo, Repleto De Momentos Que A Simple Vista Podrían Parecer Cotidianos, Pero Que Están Impregnados De Sentido, De Amor Y De Silencios Que Dicen Más Que Mil Palabras. Cédric Y Ubac No Son Amo Y Mascota; Son Compañeros, Cómplices, Reflejos El Uno Del Otro. Se Convierten En Un Solo Ser, En Un Organismo De Dos Cuerpos Unidos Por Una Confianza Pura, Por Miradas Que Se Entienden Sin Esfuerzo, Por Una Lealtad Que No Necesita Promesas.

A Lo Largo Del Relato, El Autor No Se Limita A Describir Los Hechos, Sino Que Los Vive Con Una Sensibilidad Poética Que Traspasa Las Páginas. Nos Habla Del Paso Del Tiempo, De Los Cuerpos Que Envejecen, De La Vida Que Se Curva Y, Finalmente, De La Ausencia, Esa Que Llega Sin Pedir Permiso Y Que Lo Arrasa Todo. Porque Ubac, Como Todo Ser Que Amamos Profundamente, No Es Eterno. Y Cuando Comienza A Marcharse, Lo Hace Lentamente, Dejando Señales, Miradas Largas, Pasos Torpes, Silencios Nuevos. Pero Incluso En Su Retirada, Ubac Enseña. Enseña A Despedirse, A Soltar, A Recordar Sin Dolor.

Este Libro No Es Simplemente Una Historia Sobre Un Perro, Es Una Meditación Sobre El Vínculo, Sobre La Fragilidad Y La Belleza De Lo Efímero. Es Una Carta De Amor A Ese Compañero De Cuatro Patas Que Supo Cambiar Una Vida Entera Sin Decir Una Sola Palabra. Es, También, Un Testimonio De Cómo El Duelo Puede Transformarse En Gratitud Y En Memoria Viva. Porque Hay Ausencias Que No Desaparecen, Que Siguen Oliendo A Lluvia, Que Se Sienten En Cada Paseo Solitario, En Cada Hueco Vacío En El Sofá.

Su Olor Después De La Lluvia Es Perfecto Para Quienes Han Experimentado El Amor Animal, Para Quienes Han Sentido Ese Tipo De Compañía Que No Juzga, Que No Exige, Que Simplemente Está. Pero También Para Quienes Buscan Un Refugio Literario, Un Espacio Donde Reconectar Con La Ternura, La Pérdida Y La Resiliencia. Con Una Prosa Elegante, Serena Y Cargada De Emoción Contenida, El Autor Logra Que El Lector Se Reconozca En Sus Palabras, Que Recuerde A Su Propio Ubac, Aunque Nunca Haya Tenido Uno.

El Título Del Libro Es, En Sí Mismo, Una Metáfora Sutil Y Poderosa. Ese “olor Después De La Lluvia” Es El Rastro Que Dejan Los Seres Que Han Marcado Nuestra Existencia; Es Esa Sensación Que Persiste Cuando Todo Lo Demás Parece Haber Desaparecido. Es Lo Que Queda Cuando La Presencia Se Ha Ido, Pero El Amor Sigue Ahí, Suspendido En El Aire.

Este Texto Conmueve No Por Lo Grandilocuente, Sino Por Su Honestidad, Por Su Capacidad De Hacer Que Lo Sencillo Resuene En Lo Más Profundo. Es Una Lectura Que Exige Detenerse, Respirar Hondo Y, Quizá, Dejar Escapar Una Lágrima O Una Sonrisa. Es Una Invitación A Mirar A Los Ojos De Quienes Nos Acompañan, Humanos O Animales, Y Agradecer.

Cédric Nos Entrega Un Homenaje Íntimo, Sin Estridencias, A La Relación Más Pura Que Uno Puede Experimentar: La Que Nace Sin Expectativas, Crece Con La Rutina Compartida Y Permanece Más Allá Del Tiempo Y De La Muerte. Un Tributo A Ese Amor Que No Se Puede Explicar Con Palabras, Pero Que Se Vive Intensamente, Y Que Deja Una Huella Que Ni El Viento Ni La Lluvia Pueden Borrar.

Su Olor Después De La Lluvia Es Un Libro Para Leer Con Calma, Con El Corazón Abierto Y, Si Es Posible, Con El Recuerdo Tibio De Algún Compañero Peludo Que Haya Dejado Una Marca Imborrable En El Alma. Una Obra Que Abraza Y Consuela, Que Duele Bonito Y Que, Sobre Todo, Recuerda Que Vivir Con Amor Vale La Pena, Aunque Al Final Tengamos Que Decir Adiós.