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JANE EYRE. GRANDES CLASICOS

Precio Unitario:

$6.95

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Descripción:
“jane Eyre” (1847) Constituye Una De Las Novelas Más Emblemáticas De La Literatura Inglesa Y Un Símbolo De La Emancipación Moral Y Espiritual De La Mujer En El Siglo Xix. Escrita Por Charlotte Brontë, Bajo El Seudónimo De Currer Bell, La Obra No Solo Narra La Vida De Una Joven Marcada Por La Adversidad, Sino Que También Ofrece Una Poderosa Reflexión Sobre La Independencia, La Identidad Y La Dignidad Humana. A Través De La Voz En Primera Persona De Su Protagonista, Brontë Construye Una Narración Intensa Y Profunda, En La Que El Crecimiento Interior Y La Lucha Por El Amor Se Entrelazan Con Un Sentido Moral Inquebrantable.

La Historia Comienza Con Jane Eyre, Una Niña Huérfana Que Vive Con Su Tía, La Señora Reed, En La Mansión De Gateshead Hall. Desde Los Primeros Capítulos, Brontë Presenta A Jane Como Una Figura Marginal Dentro Del Hogar: No Pertenece A La Familia Y Es Tratada Con Crueldad Y Desprecio Tanto Por Su Tía Como Por Sus Primos, Especialmente John Reed, Un Muchacho Violento Que La Humilla Constantemente. A Causa De Su Carácter Rebelde Y Su Insistencia En Defender Su Propia Dignidad, Jane Es Castigada Y Recluida En La “habitación Roja”, Una Estancia Lúgubre Donde Sufre Un Ataque De Pánico. Este Episodio Inicial Marca El Tono Emocional De Toda La Novela: Una Lucha Entre La Sumisión Impuesta Y La Necesidad De Afirmarse Como Ser Humano.

Finalmente, La Señora Reed, Incapaz De Soportar El Espíritu Insumiso De La Niña, Decide Enviarla Al Instituto Lowood, Un Internado Para Huérfanas Regido Por El Severo Mr. Brocklehurst, Un Hombre Hipócrita Que Predica La Humildad Y La Austeridad Mientras Mantiene A Las Alumnas En Condiciones De Miseria Y Privación. En Lowood, Jane Sufre Hambre, Frío Y Enfermedades, Pero También Encuentra Su Primera Amistad Verdadera En Helen Burns, Una Compañera Dulce, Resignada Y De Profunda Fe Cristiana, Que La Enseña A Soportar Las Injusticias Con Paciencia Y Bondad. Helen Representa El Ideal Del Perdón Y La Serenidad Espiritual, Y Su Temprana Muerte Por Tuberculosis Deja En Jane Una Huella Indeleble. Lowood, Pese A Su Dureza, Se Convierte En El Lugar Donde Jane Forja Su Carácter Moral, Su Inteligencia Y Su Deseo De Justicia. Allí También Se Gana El Respeto De Miss Temple, Una Maestra Benevolente Que Reconoce Su Talento Y Honestidad.

Después De Pasar Varios Años En Lowood Como Alumna Y Luego Como Institutriz, Jane Siente Que Su Vida Se Ha Vuelto Monótona Y Desea Un Cambio. En Un Impulso De Independencia, Publica Un Anuncio Ofreciendo Sus Servicios Como Institutriz, Y Poco Después Recibe Respuesta Desde Thornfield Hall, Una Mansión Situada En El Campo. Allí Comienza Una Nueva Etapa Como Preceptora De Adèle Varens, Una Niña Francesa Alegre Y Vivaz, Pupila Del Enigmático Propietario De La Casa, El Señor Edward Rochester. Desde El Momento En Que Jane Conoce A Rochester, La Novela Adquiere Una Dimensión Romántica Y Psicológica De Enorme Intensidad. Él Es Un Hombre De Unos Cuarenta Años, De Aspecto Severo Y Temperamento Apasionado, Que Esconde Un Pasado Turbio. A Diferencia De Los Caballeros Altivos De La época, Rochester Conversa Con Jane Como Si Fueran Iguales; La Respeta Por Su Inteligencia, Su Sinceridad Y Su Integridad Moral.

En Thornfield, Jane Experimenta Por Primera Vez Una Sensación De Pertenencia Y Plenitud. Sin Embargo, La Atmósfera De La Mansión Está Impregnada De Misterio. Durante Las Noches Se Oyen Risas Siniestras Y Ruidos Inexplicables Procedentes Del Piso Superior. Jane Siente Que Algo O Alguien Amenaza La Tranquilidad De La Casa. Su Inquietud Aumenta Cuando Rochester Sufre Un Intento De Incendio En Su Habitación, Y Ella, Al Salvarle La Vida, Se Convierte En Depositaria De Un Secreto Que Aún No Comprende. Pese A Su Posición Social Inferior, Jane Desarrolla Un Amor Profundo Por Rochester, Un Sentimiento Que La Autora Retrata Con Una Sinceridad Que Escandalizó A La Sociedad Victoriana, Ya Que Mostraba A Una Mujer Consciente De Sus Deseos Y Emociones.

Rochester, Por Su Parte, Parece Corresponderla, Pero En Torno A él Gravita Una Serie De Circunstancias Ambiguas. A Pesar De La Diferencia De Clases, La Relación Entre Ambos Se Fortalece Gracias A La Honestidad Y Fortaleza Moral De Jane. En Una De Las Escenas Más Emblemáticas, Ella Le Confiesa Que, Aunque Es Pobre, “su Alma Vale Tanto Como La De él”. Brontë Hace Aquí Una Declaración Revolucionaria: La Igualdad Espiritual Y Moral Entre El Hombre Y La Mujer. El Amor Entre Jane Y Rochester, Más Que Un Asunto De Pasión, Es Una Búsqueda De Reciprocidad Y Respeto.

El Clímax De La Novela Llega Cuando Rochester Le Propone Matrimonio. Jane, Feliz Y Conmovida, Acepta. Pero El Día De La Boda Se Revela El Terrible Secreto De Thornfield: Rochester Está Casado. Su Esposa, Bertha Mason, Una Mujer De Ascendencia Caribeña, Ha Perdido La Razón Y Vive Encerrada En El ático, Vigilada Por La Criada Grace Poole. Rochester Explica Que Fue Víctima De Un Matrimonio Arreglado Y Que Mantiene A Bertha Recluida Por Piedad Y Deber, Pero Para Jane La Revelación Es Devastadora. Aunque Lo Ama Profundamente, Su Sentido De La Moral Le Impide Convertirse En Su Amante O Permanecer En Una Situación Que Considera Inmoral. En Una De Las Decisiones Más Duras Y Heroicas De La Literatura, Jane Huye De Thornfield De Noche, Sin Dinero Y Sin Destino, Guiada Solo Por Su Conciencia.

Su Huida La Lleva Por Páramos Y Aldeas, Donde Sufre Hambre, Frío Y Agotamiento. Finalmente, Es Acogida Por St. John Rivers, Un Joven Clérigo, Y Sus Dos Hermanas, Diana Y Mary, Quienes Le Ofrecen Refugio En Su Casa, Moor House. Jane Adopta El Nombre Falso De Jane Elliott Para Ocultar Su Identidad Y Empieza Una Nueva Vida Como Maestra En Una Escuela Rural. Poco A Poco Recupera Su Fuerza Y Serenidad, Y Descubre Que St. John Y Sus Hermanas Son, En Realidad, Sus Parientes: Hijos De Su Difunto Tío, Lo Que La Convierte En Heredera De Una Pequeña Fortuna Que Ella Decide Compartir Con Ellos. Este Hallazgo Simboliza Una Reparación Moral Del Destino: Después De Tanto Sufrimiento Y Rechazo, Jane Por Fin Pertenece A Una Familia Que La Ama Sinceramente.

St. John, Hombre Virtuoso Pero Frío Y Ambicioso, Ve En Jane Una Compañera Ideal Para Su Labor Misionera Y Le Propone Casarse Para Acompañarlo A La India Como Esposa Y Colaboradora. Sin Embargo, Jane Percibe Que Su Propuesta Carece De Amor Y Que Su Motivación Es únicamente Religiosa. A Pesar De Admirarlo, Rechaza Su Oferta, Consciente De Que Un Matrimonio Sin Afecto Sería Tan Opresivo Como La Vida Que Dejó Atrás. En Esta Parte De La Novela, Charlotte Brontë Contrapone Dos Concepciones Del Deber: La Espiritualidad Rígida De St. John Frente Al Amor Humano Y Apasionado Que Representa Rochester. Jane Elige La Autenticidad Emocional, Reafirmando Su Derecho A Decidir Por Sí Misma.

Una Noche, Mientras Medita Sobre Su Futuro, Jane Cree Oír La Voz De Rochester Llamándola Desde La Distancia, Como Si Su Alma Respondiera A La Suya. Movida Por Ese Presentimiento, Decide Regresar A Thornfield. Pero Al Llegar, Encuentra La Mansión En Ruinas: Un Incendio La Ha Destruido Casi Por Completo. Bertha Mason, La Esposa Enloquecida, Provocó El Fuego Y Murió En El Intento De Escapar. Rochester, En Un Acto De Heroísmo, Intentó Salvarla, Pero Quedó Ciego Y Mutilado. Vive Ahora Recluido En Una Modesta Casa De Campo Llamada Ferndean Manor. Jane Lo Busca, Y Su Reencuentro Es Uno De Los Momentos Más Conmovedores De La Literatura. Al Verlo Debilitado, Sin Orgullo Ni Poder, Jane Comprende Que Ambos Están Finalmente En Igualdad De Condiciones. El Amor Que Antes Debía Ser Reprimido Por El Deber Ahora Puede Florecer Libremente, Purificado Por El Sufrimiento Y La Redención.

El Final De La Novela Es Sereno Y Profundamente Humano. Jane Y Rochester Se Casan, Esta Vez Con La Bendición De La Honestidad Y El Respeto Mutuo. Con El Tiempo, Rochester Recupera Parcialmente La Vista Y Puede Ver A Su Primer Hijo. Jane, Narrando Retrospectivamente Su Historia, Expresa Una Sensación De Plenitud Y Equilibrio. Ha Alcanzado La Independencia Económica, El Amor Verdadero Y La Armonía Espiritual. La Frase Con Que Cierra La Obra —“soy Mi Propio Amo”— Sintetiza El Ideal Moral De Brontë: La Libertad Interior Como Fundamento De La Felicidad.

Más Allá Del Argumento Romántico, Jane Eyre Es Una Reflexión Sobre La Lucha Por La Identidad En Una Sociedad Regida Por El Patriarcado Y Las Diferencias De Clase. Charlotte Brontë Dota A Su Protagonista De Una Voz única: Introspectiva, Apasionada Y Moralmente Lúcida. Jane No Es Una Heroína Pasiva; Es Una Mujer Que Busca Ser Amada Sin Renunciar A Su Dignidad. Su Historia Transcurre En Un Contexto Victoriano Donde La Mujer Carecía De Derechos Legales Y Dependía Del Matrimonio Para Subsistir. Brontë Subvierte Estas Normas Al Otorgar A Jane Un Poder Moral Y Psicológico Superior Al De Muchos Personajes Masculinos. Su Independencia No Proviene De La Riqueza, Sino De Su Capacidad De Pensar, Sentir Y Decidir.

La Novela También Explora La Tensión Entre Religión Y Deseo, Entre Deber Y Pasión. Helen Burns Y St. John Rivers Encarnan El Extremo Del Ascetismo, Mientras Que Rochester Representa La Pasión Sin Control. Jane Aprende A Integrar Ambos Impulsos, Hallando Un Punto Medio Donde El Amor No Contradice La Moral, Sino Que La Ennoblece. El Incendio Final Simboliza La Destrucción De Un Mundo De Hipocresía Y Dominación; Las Ruinas De Thornfield Son El Escenario Del Renacimiento De Jane Y De La Reconstrucción De Un Amor Libre Y Sincero.

En El Plano Simbólico, Jane Eyre Puede Leerse Como Una Novela De Iniciación, Donde La Protagonista Atraviesa Distintas Etapas —infancia, Adolescencia, Madurez— Que Reflejan Su Crecimiento Interior. Cada Espacio (gateshead, Lowood, Thornfield, Moor House Y Ferndean) Representa Una Prueba Moral Y Emocional. En Gateshead, Aprende El Valor De La Resistencia; En Lowood, La Disciplina Y El Conocimiento; En Thornfield, El Despertar Del Amor Y La Conciencia Moral; En Moor House, La Independencia Y La Fraternidad; Y En Ferndean, La Unión Entre Amor Y Libertad. Esta Estructura Confiere A La Obra Una Profundidad Simbólica Que Trasciende La Trama Romántica.

Desde El Punto De Vista Literario, Charlotte Brontë Logró Combinar La Emoción Del Relato Gótico —con Sus Mansiones Misteriosas, Sus Secretos Y Atmósferas Inquietantes— Con La Introspección Psicológica Y El Realismo Moral. La Narración En Primera Persona Confiere Una Cercanía Emocional Que Permite Al Lector Compartir Los Pensamientos Más íntimos De Jane: Su Soledad, Sus Deseos Reprimidos, Su Conflicto Entre Razón Y Sentimiento. A Través De Esa Voz Sincera Y Apasionada, Brontë Construye Un Personaje Tan Real Que, Aún Hoy, Sigue Siendo Símbolo De Autenticidad Y Coraje Femenino.

La Recepción De Jane Eyre En Su época Fue Tan Polémica Como Exitosa. Algunos Críticos La Consideraron Indecorosa Por Presentar A Una Mujer Que Expresa Sus Sentimientos Con Franqueza Y Desafía Las Convenciones Sociales. Sin Embargo, El Público La Acogió Con Entusiasmo, Reconociendo En Jane A Una Heroína Moderna, Distinta De Las Figuras Sumisas Habituales En La Literatura Romántica. Con El Tiempo, La Obra Se Consolidó Como Un Clásico Universal, Inspirando Adaptaciones Teatrales Y Cinematográficas Que Perpetúan Su Vigencia.

En Conclusión, Jane Eyre No Es Solo Una Historia De Amor, Sino Una Reivindicación De La Libertad Y La Conciencia Individual. A Través De Su Protagonista, Charlotte Brontë Transmite Un Mensaje Profundamente Humano: La Verdadera Felicidad Solo Puede Alcanzarse Cuando Se Es Fiel A Uno Mismo. Jane Triunfa No Porque Obtenga Un Marido O Una Fortuna, Sino Porque Conquista Su Propia Alma. Su Viaje, Lleno De Pruebas Y Redenciones, Simboliza La Búsqueda De Equilibrio Entre Pasión Y Razón, Cuerpo Y Espíritu, Independencia Y Amor. Por Eso, Más De Siglo Y Medio Después De Su Publicación, Jane Eyre Sigue Siendo Un Canto Poderoso A La Dignidad, La Integridad Y La Libertad Del Ser Humano, Una Novela Que, Como Su Autora, Fue Adelantada A Su Tiempo Y Que Aún Hoy Conmueve Por La Autenticidad De Su Verdad Interior.
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Autor: Brote Charlotte
Editorial: Espasa;
Entrega: 1 Días

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